La música popular argentina perdió a una de sus figuras más queridas y trascendentes. A los 95 años, falleció en su casa de Granadero Baigorria el reconocido bandoneonista, compositor y director Rodolfo “Cholo” Montironi, un emblema del tango que llevó su arte a los escenarios más importantes del país y del mundo, sin dejar jamás de volver a su tierra natal.
Considerado uno de los mejores bandoneonistas de todos los tiempos, el Cholo fue una leyenda viva del tango y un símbolo de la cultura popular rosarina y baigorriense. Nacido en Rosario en 1930 y criado en el entonces barrio Paganini, inició su carrera musical a los ocho años y nunca abandonó su pasión por el bandoneón. Con apenas un puñado de años ya tocaba en las calles de Pichincha “pasando el platito”, como solía recordar con una sonrisa.
Desde aquellos comienzos humildes hasta su consagración internacional, Montironi desarrolló una trayectoria extraordinaria. Integró orquestas de figuras consagradas como Enrique Mario Francini, Armando Pontier, Carlos García y Domingo Federico. A lo largo de su vida realizó más de sesenta giras internacionales, deslumbrando con su talento en escenarios de Europa, América y Asia.

Su compromiso con el arte fue tan grande como su amor por su ciudad. En 2002 fue declarado Ciudadano Ilustre de Granadero Baigorria, distinción que coronó una vida dedicada a la música. También fue reconocido como Artista Distinguido de Rosario, y su nombre quedó grabado en la esquina de Aristóbulo del Valle y Pueyrredón, en pleno barrio Pichincha, donde comenzó su sueño.
Entre sus composiciones más recordadas se encuentran "Sublime fantasía", "Sembrando milonga", "Aves ciegas", "Petichango" y "Libertad yo te canto", obras que sintetizan su sensibilidad artística y su profundo vínculo con la cultura argentina. Hasta sus últimos años siguió tocando y grabando, destacándose su álbum junto a Martín Tessa, premiado en 2021 en los Rosario Edita.
El intendente de Granadero Baigorria, Adrián Maglia, expresó su dolor con palabras que reflejan el sentir de toda la comunidad:
“Granadero Baigorria está de luto. Se ha ido físicamente uno de sus hijos predilectos, nuestro Ciudadano Ilustre, pero su espíritu y su arte permanecerán por siempre en el alma de nuestra gente. El Cholo no fue solo un músico extraordinario; fue un faro de cultura, un maestro generoso y una persona de una calidez humana inigualable”, expresó el mandatario.
Su partida deja un profundo vacío en la música popular argentina, pero también un legado inmenso. Cada tango que suene, cada bandoneón que respire, llevará algo de su espíritu. Su música seguirá sonando en el corazón del pueblo.
