En la segunda jornada de las audiencias de alegatos, otro de los acusados en declarar fue Darío Díaz, ex empleado de Gabriel Strumia, quien intentó despegarse el hecho por el cual se encuentra detenido.
“Me estoy jugando la vida en este juicio y soy inocente”, comenzó diciendo el camionero de 36 años, padre de un niño de 6, para agregar que extraña “mucho” a sus padres.
Después se auto definió como “un hombre trabajador humilde honesto” e hizo referencia a que trabaja como camionero desde la adolescencia. “Mi vida siempre fue mi esposa, mi hijo y mis cuatro hermanas”, sostuvo frente al tribunal.
Recordó que “trabajaba para Gabriel Strumia como su empleado”, a raíz de lo cual “conozco a Strumia y a (su esposa) Roxana MIchl, a los demás (imputados) a ninguno”, aclaró.
Sobre su relación con Strumia, aseguró que “era laboral, de empleado a patrón. Él nunca me comentaba sus cosas íntimas, siempre fui un trabajador, humilde, honesto y responsable” insistió.
También desmintió que viviera en cercanías de la también acusada Mirta Ruñisky, a quien se señala como autora del abordo que habría terminado con la vida de Paula Perassi. “De ninguna manera ella es mi vecina, vive en la otra punta del pueblo, como a 10 o 12 cuadras. Yo no la conocía de antes, supe quién era cuando ingresé al tribunal”, expresó.
Díaz insistió en despegarse el caso de la mujer desaparecida. “Declaré en dos oportunidades más y dije siempre lo mismo, que no tengo que ver en esta causa, que no sé por qué estoy involucrada en esto, nunca conocí a Paula Perassi”, aseguró.
En el mismo sentido afirmó: “no puedo explicar qué ocurrió con Paula, si supiera lo hubiera dicho desde un primer momento” y recordó que “los abogados de Perassi me decían que si quería salir en libertad que dijera la verdad. Yo nunca la conocí, nunca estuve con ella, nada”, declaró.
Luego hizo referencia al día en que Paula fue vista por última vez. “El 18 septiembre estuve en Totoras en la casa de Inés Cabello junto a su familia y pasé todo el día con ellos. Estaban Inés, su esposo Alexis y sus hermanos. Los conozco hace más de 16 años, siempre iba a visitarlos, era normal que cuando viajaba para esos lados tomaba unos mates y luego seguía”, detalló.
Díaz continuó narrando: “estuve en Totoras hasta las 9 de la noche y luego me vine a mi casa. Prendí la computadora, revisé los mails, chateé unos minutos con una chica y l me fui a dormir para ir a trabajar al otro día normalmente”, recordó.
Después enumeró que desde que atraviesa su condición de detenido, “estuve en alcaldía de San Lorenzo, en Coronda, en Piñero, y actualmente estoy en la unidad 6”, y sostuvo, llorando: “perdón por la palabra, pero me cagaron la vida”.
Al estar detenido “me perdí de muchas cosas, los primeros años de mi hijo, los cumpleaños, las fiestas, y no pude acompañar a mi hermana cuando falleció mi sobrino”, lamentó.
Por último, se dirigió al tribunal y sostuvo: “confío plenamente en ustedes que van a juzgarme. Soy inocente y quiero que se termine todo esto ya, de una vez por todas”.
Flavia Campeis