En el Centro de Justicia Penal de Rosario desde las 8 y media de la mañana de este miércoles, declaran más testigos, continuando en la producción de pruebas de la Fiscalía.
En primera instancia declaró la perito calígrafa Marcela Mandolini, quien fue la encargada de analizar tres escritos otorgados por la familia de la víctima. La testigo manifestó que el primero era una carta, al que refirió como “un escrito dedicado al amor”, y agregó que “otro era una hoja que sacaron de una agenda y después, un papel con alimentos que tenía que comprar para una dieta”.
Luego aclaró que “eran tres escritos en birome. Mediante el microscopio inspeccioné y detallé que a las tres piezas la realizó la misma manoescritora. Las morfologías de determinadas letras determinaron que están escritas por la misma mano”, detalló.
Análisis de psicólogas
Después fue el turno de la declaración de dos psicólogas que trabajan en la Unidad Regional XVII de San Lorenzo y que se desempeñaron en el caso.
Las profesionales María Victoria Colucci y Marcela Arce fueron las encargadas de analizar los escritos que les facilitaron, provenientes de Paula Perassi y de entrevistar a su concubino, Rodolfo Ortiz de Elguea, y su amante e imputado, Gabriel Strumia.
La psicóloga Colucci informó que entre el material analizado: “había una carta afectiva, con fecha 16 de agosto de 2011 (coincidente con el cumpleaños de Strumia), no estaba dirigida a quien ella declaraba su amor, mostraba un buen estado anímico, vinculada afectivamente con otra, donde reconocía ciertos inconvenientes en esa relación, teniendo claridad de los obstáculos de la relación, pero sintiéndose de la otra parte muy cuidada y muy querida”, aseguró.
La testigo expresó que “en el informe del análisis de la lectura de las cartas, expresábamos el buen nivel narrativo, y eso lo cotejamos con un mensaje de un teléfono celular que habría mandado Paula (a Strumia dos días después de su desaparición), donde había un error grosero de ortografía. Lo que señalamos es que no impresionaba que ese mensaje de texto hubiera sido de ella, en comparación al nivel de redacción que ella tenía en esas cartas que analizamos”. Según la psicóloga, en el mensaje estaba escrita la palabra “vez” de la siguiente manera: “bes”, con dos claros errores de ortografía.
Cabe destacar que en el recinto, si bien permanecían todo el tiempo abrazados, como en cada audiencia, al matrimonio Strumia y Michl se los percibe más nerviosos cuando se habla de mensajes de textos o llamadas telefónicas.
Respecto a la siguiente testigo, la psicóloga Arce indicó que, cuando pocas horas después de la desaparición de Paula entrevistaron a Strumia y Ortíz, “de parte de Strumia no se percibió una actitud colaboracionista, sino más bien reservada, no decía más de lo que se le preguntaba, se ajustaba a eso nomás. Por eso manifestamos la diferencia con el marido que tuvo una actitud más abierta”.
Arce también analizó chats entre Paula y un amigo en común con Struia, José Luis Freijomil y aclaró que de allí surgió que “la mayor parte de sus estados de ánimo estaban en base a su relación con Gabriel Strumia. En los últimos meses y sobre todo cuando se enteró que estaba embarazada, su estado anímico estaba en relación a cómo estaban con Strumia”, aseguró la profesional.
La psicóloga remarcó que “en la evaluación de los chats (con Freijomil), estaba absolutamente enamorada, y no sabía que decisión tomar con respecto a su relación matrimonial. Sus vaivenes emocionales siempre estaban en consonancia sobre cómo estaba su relación con el señor Strumia”.
Sobre la investigación para determinar si Paula tenía rasgos que podrían haberle hecho terminar con su vida, Arce contó que “como el pedido era por solicitud de paradero con la presunción de que Paula Perassi podría haber tenido algún rasgo autodestructivo, tuvimos la conclusión de que no tenía rasgos suicidas” y aclaró: “ella nunca hizo mención en forma definida a la muerte, no había una idea, eran expresiones de ‘quisiera desaparecer’ o no estar, pero que respondían a un estado emocional como de todos los seres humanos. Eran expresiones emocionales a un momento que después no se sostenían. Su idea siempre era de proyectarse en la vida, tenía ilusiones, ganas, ideas de hacer cosas. Había momentos que se sentía prisionera de la situación, pero nunca se reflejó en los chats que se quería matar”, concluyó la testigo.
Flavia Campeis